En un mundo donde la conveniencia parece reinar suprema, nos encontramos envueltos —literalmente— en plástico. Desde la fruta en el supermercado hasta los océanos más profundos, este material sintético ha invadido cada rincón de nuestras vidas. Pero, ¿qué tan efectivas son realmente nuestras soluciones para combatir este problema creciente? El Plástico en Nuestro Plato Imagina esto: estás preparando una deliciosa lubina para la cena, y al abrirla, te encuentras con un trozo de plástico azul en su interior. Este escenario, lejos de ser ficticio, es una realidad cada vez más común. Nos hace reflexionar sobre la cantidad de microplásticos que hemos ingerido sin saberlo a lo largo de nuestras vidas. La magnitud del problema es abrumadora: el mundo produce anualmente 430 millones de toneladas métricas de plástico. Este material no solo inunda nuestros mares y ríos, sino que ha llegado incluso al espacio. El Mito del Reciclaje Avanzado Las grandes empresas, especialmente las de combustibles
Los riesgos a los que se enfrenta la población debido al uso cotidiano de pesticidas son alarmantes. Un reciente estudio ha revelado que el 60% de los niños y niñas en España tienen rastros de diazinón, un pesticida prohibido, en sus muestras de orina. Este hallazgo proviene de una investigación llevada a cabo el año pasado, publicada en la revista *Environmental Pollution*, que examinó muestras de orina de 606 niñas y 933 niños de entre siete y once años, residentes en áreas tanto urbanas como rurales del país. El estudio muestra que más de la mitad de las muestras contenían trazas de diazinón, un insecticida organofosforado comúnmente empleado en la agricultura para el control de plagas, pero que fue prohibido en la Unión Europea en 2007 debido a su alta toxicidad y sus posibles efectos carcinogénicos, de acuerdo con la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015. Los análisis indican que los residuos en la orina son indicativos de una exposición reciente, de no más